Una vez tenemos definida la idea de negocio, pasamos a la siguiente fase: Evaluación de la Idea. Un buen producto o servicio es aquél que está creado por y para nuestro cliente.
Es importante ser consciente de cómo la idea inicial va a cambiar, evolucionar y adaptarse cada vez más al segmento de cliente objetivo. Para ello utilizaremos la metodología Design Thinking, con la finalidad de desarrollar empatía con los usuarios y conseguir:
En la siguiente infografía verás los aspectos más relevantes a tener en cuenta en esta metodología y algunos links de interés para profundizar en esta etapa.